El Nuevo Herald
January 21, 2001
By Armando Alvarez Bravo
El Latin American Art Museum trasladó su espacio de Coral Gables a la Pequeña Habana, y con ese cambio, manifestó su director Raúl M. Oyuela, inició una nueva etapa, el 12 de enero. Según explicó el ejecutivo, el traslado a esa zona se realiza, entre otras razones, “quizás con la idea de contribuir a mejorar esa zona, utilizando el Arte y la Cultura en general como catalizador, coincidiendo con las intenciones de la organización Alas con sus Viernes Culturales, aunque no estemos totalmente de acuerdo en algunos aspectos del evento”.
El edificio en que está instalado el Latin American Art Museum –cuya sede es el 2206 SW 8th Street, Miami– se ha nombrado Miami Art Center. Cuenta en su diseño con cuatro espacios, el Latin American Art Museum propiamente, con una sala inferior y una superior; 10 artistas en residencia, originarios de diferentes países, con estudios abiertos individuales en la parte superior; el 2204 SW 8th Street pertenece a la galería de arte Ralb & Co, con sede central en Barcelona, España; y el 2208 SW 8th Street corresponde a la galería Fenix Fine Arts.
El Museo Latinoamericano abrió sus puertas con la exposición No tengan miedo, del pintor y muralista cubano residente en Miami, Xavier Cortada. Ralb & Co. lo hizo con la muestra Raíces de Latinoamérica, una muestra colectiva de artistas contemporáneos. Por su parte, Fenix Fine Arts seleccionó para su apertura un grupo de piezas de Portocarrero, Pancorbo, Morales, Matta, Grau, Torres García, Cárdenas y otros maestros latinoamericanos y europeos.
Como apoyo a la muestra de Cortada, St. Thomas University, de Miami, organizó varios eventos literarios. Los próximos que se celebrarán son la presentación –el martes 23 de enero a las 8 p.m.– del libro La Isla en su Tinta, que estará a cargo de Francisco Morán, con Reina María Rodríguez, José Kozer, Félix Lizarraga, Pedro Marqués de Armas y Germán Guerra. El jueves 25 de enero, y también a las 8 p.m., se celebrará un Homenaje a José Martí, con poetas del Presidio Político, entre los que figuran Angel Cuadra y Ernesto Díaz Rodríguez.
El mes cultural del museo tendrá su cierre el viernes 26 de enero, de 6 a 11 p.m., coincidiendo con los Viernes Culturales de la Histórica Pequeña Habana, organizados por Alas.
El pintor Xavier Cortada es el protagonista de esta apertura con su exposición No tengan miedo. Las palabras que dan título a la muestra son bien conocidas, las pronunció Su Santidad Juan Pablo II hace tres años, durante su visita a Cuba. Y según explica el propio expositor, la muestra contiene obras creadas inmediatamente después de la visita de ocho horas que hiciera a la Isla para escuchar la Santa Misa de Su Santidad, y otro grupo de piezas ejecutadas posteriormente.
Cortada tiene una especial sensibilidad para llevar a su trabajo la realidad inmediata y hacer de sus cuadros un vehículo que, desde la estética, sirva a la comunidad y sus mejores causas. No es por ello casual que el expositor, que abandonó su carrera en el campo de las leyes para dedicarse al arte, y que se identifica a sí mismo como un artista profesional y comunitario, el pasado año fuese invitado por el Vaticano a participar en el Día del Jubileo de los Artistas; recibiera el premio Millennium International Volunteer Award, concedido por el Departamento de Estado y el diario USA Today; y también fuese acreedor del 1999 Outstanding Achievement Award, otorgado por FAVA/CA Florida International Volunteer Corps. Las lista de distinciones y premios recibidos por el creador es tan copiosa como la de las organizaciones profesionales, artísticas y humanitarias a las que pertenece.
Una ceñida selección de sus exposiciones personales revela que muestra su obra nacional e internacionalmente desde 1994, en que presentó Delivery: To the People of Soweto, en Ipelegeng Center, en Soweto/Johannesburgo, Sur Africa. Igualmente copiosa es su actividad en comisiones y proyectos también a nivel local, nacional e internacional.
Esta nueva muestra del artista, no sólo es un acercamiento estético a Cuba y lo cubano a partir de la visita del Pontífice a Cuba –un acontecimiento que considera de vital importancia– y una segunda visita que realizaría el creador a la Isla, a Nuevitas, acompañando a su padre, sino que representa también un adentramiento del expositor en la ejecución de piezas conceptuales.
Tras lo estrictamente plástico, y esencial a su latido, esta exposición refleja en las obras realizadas al regreso del primer viaje a Cuba, que sólo duró ocho horas, la materialización de lo que Cortada considera le brindó el Pontífice: la oportunidad de encontrarse con la cubanía.
En este sentido resulta modélico el lienzo The Varela Painting. Es un autorretrato en que se incluye al Padre Félix Varela, en quien encarnan las más altas virtudes religiosas, patrióticas e intelectuales cubanas, y a través de un intercambio de correspondencia, uno de los detalles de la pieza, se plantea esa necesidad de comunicación desde y hacia la libertad más profunda entre los exiliados y los que padecen el rigor del totalitarismo en la Isla. Al examinar esa obra, no se puede dejar de consignar que para el artista, por la gravitación familiar y por su formación, lo cubano y la religión son inseparables. En su figuración del Padre Varela lo manifiesta de manera definitiva.
Hay en No tengan miedo un cuadro de gran formato, que corresponde a la segunda etapa de la integración de esta colección y es, a su vez, parte de un proyecto mayor, un Via Crucis, cuyas estaciones, manteniendo su espíritu original, toman como figuración hechos claves de la actual tragedia que padecen los cubanos bajo el castrismo. Se trata del lienzo XII Paredón. Esta pieza de enorme fuerza y dramatismo es un recordatorio constante de la violencia homicida del régimen.
Al igual que en The Varela Painting en este cuadro-estación, Cortado ha llevado al máximo la expresividad expresionista de sus figuras, el uso efectista del color, el empleo de las texturas como subrayado de fuerza. Todo esto en una composición cuyos distintos elementos acentúan el espíritu de la imagen por la rotundidad de su distribución, en ocasiones turbulenta y siempre intensa. No aspira a otra cosa el artista que a fijar en esta serie en proceso toda la magnitud de la tragedia nacional.
Singularmente, en esta muestra integrada por 10 cuadros y 20 piezas conceptuales, Cortada revela como la vivencia del viaje del Papa a Cuba y su presencia por ocho horas en la Isla, le sirvió para hacerle reflexionar sobre los límites estrictos de la pintura y la posibilidad de utilizar otras vías expresivas sin por ello abandonar los pinceles. Es así como comienzan a surgir las piezas conceptuales. De esta suerte, las pinturas de la primera etapa, las que ejecuta a su primer regreso, ofrecen un dramatismo desde lo inmediato de la imagen, en tanto que las piezas de la segunda etapa resultan trágicas por su representación de la realidad.
En lo que toca a las piezas conceptuales, Cortada decide no “pintar al cubano, sino asumir su existencia, sus vivencias. Así, las piezas conceptuales que crea son en verdad lo que podíamos llamar iluminaciones de lo que tiene que hacer cotidianamente el cubano de la Isla para sobrevivir. Y eso lo figura con objetos encontrados, reconstruidos, inventados siguiendo las exigencias de la falta de todo que hay en la Isla y obliga a los cubanos a vivir una existencia que se diría surrealista de no ser tan atroz.
Un ejemplo de ese tratamiento de la vida cubana como cubano en la Isla es Asistencia con cuatro potencias, en que ha tomado una caja de fusibles eléctricos y los ha sustituido por velas propias de la devoción religiosa. En Information Bouquet llena un jarrón de cables de comunicaciones, simbolizando la posibilidad que le brindó Su Santidad de comunicarse con los suyos y en Bicho malo nunca muere vemos cómo cuatro tubos de insecticida sostienen a una monstruosa araña descansando sobre varias mariposas. Una metáfora de la lucha de los cubanos por su libertad, en que tantos han caído y tantos padecen y no muere lo horrible, la araña que simboliza al dictador, sino las víctimas son las bellas mariposas que representan al pueblo cubano.
No tengan miedo representa un vuelco armonioso y una apertura del espectro creativo en el quehacer de un artista caracterizado por su responsabilidad y laboriosidad e imágenes llenas de fuerza y dramatismo y humanidad. Es, igualmente, un testimonio de los valores más esenciales de la libertad y la fe. No menos, de como la creación finalmente refleja aquello en que está el latido del origen y la pasión del creador. Ahora una tierra que vive sumida en el terror que Cortada ha sabido captar sin por ello dejar de reflejar la esperanza en la libertad y la justicia, que jamás separa de la fe. Todo en el espíritu de las palabras del Santo Padre que dan nombre a la exposición, unas palabras que son para todos los cubanos, no sólo los atrapados en la Isla: No tengan miedo.
`No tengan miedo’, de Xavier Cortada, puede visitarse hasta el 27 de enero, en The Latin American Art Museum, 2206 SW 8th Street, Miami. Horario: martes a viernes, de 11 a.m. a 5 p.m.; y sábado de 11 a.m. a 4 p.m.